9.02.2008

Shahram Entekhabi, artista


Ericka Montaño Garfias

Migración+arte=diálogo. Esa podría ser la premisa del artista iraní Shahram Entekhabi, quien trata el tema de los migrantes en la mayor parte de su obra, con la intención de romper los prejuicios que existen con respecto a ellos. Y es una de esas piezas –Buscando a M– la que se muestra en la Casa del Lago dentro de la colectiva Aves en la Luna, poéticas de la diferencia y otros lugares imaginados.

Entekhabi nació en Irán en 1963; viajó a Italia para estudiar, de ahí pasó a Alemania, y ahora planea vivir en Hong Kong. Se considera a sí mismo un inmigrante, y para él la respuesta al problema de la migración es “romper las fronteras, que haya libre tránsito. Es ridículo poner fronteras”.

Buscando a M es una video-instalación de unos 15 minutos, que al estilo de road movie cuenta la historia de un hombre que va en busca de unos migrantes de condiciones muy bien definidas: menonitas que viven en el norte de México, específicamente en Cuauhtémoc, Chihuahua. Mientras el hombre –interpretado por el artista– realiza su búsqueda se muestran aspectos de los menonitas en su vida diaria.

Este video forma parte de un proyecto sobre migración y vida intercultural en México. “Son 15 minutos, no hay diálogo... al final encuentro a los menonitas, llego a sus casas, los visito y me voy.”

La segunda parte de la instalación consta de mapas de la ciudad de Cuauhtémoc y sus alrededores, con unos pequeños monitores en los que se proyectan entrevistas con los distintos actores –todos, pobladores de ese lugar–, así como con autoridades: son mexicanos que explican lo que ocurre con los menonitas que están bien lejos de ser aquellos que fabrican queso y hablan un alemán muy muy antiguo.

Son como un país dentro de otro país, señala Shahram Entekhabi, quien hace unos años presentó en el Museo Tamayo el video I?, y ahora visita el país con apoyo del Goethe-Institut Mexiko.

Razones de la migración

La migración como uno de los temas centrales de su obra surge a partir de que este fenómeno “es uno de los asuntos centrales en el mundo actual. La gente no se va a otros países por razones políticas; se va para conseguir alimento y mejores condiciones de vida, y las fronteras siempre son más fuertes. La migración no es sólo física, porque también representa la migración de su cultura, consumen la comida, la música, pero mantienen su cultura original; hay una especie de cultura mezclada, sobre todo en el continente americano”.

Por eso le interesa que sus obras –no sólo videoinstalaciones, sino también fotografía, pintura, dibujo y arte comunitario– no hablen sólo de la migración de un solo país. “Me interesa mantener ese diálogo abierto entre los migrantes. Mostrar mi trabajo en países del tercer mundo, porque hay muchísimos problemas sobre los que tenemos que reflexionar una y otra vez. Estoy más interesado en participar en la situación y en los problemas de la gente de diferentes partes.”

El arte, añade, “puede servir de puente, conectar. Para mí el arte es el diálogo más allá de las cosas escritas; mediante la imagen se puede hablar con personas de distintas lenguas y culturas, como con la música”. Lo que espera del público es muy sencillo: que entiendan su trabajo. “Es el principal problema que tenemos: mostramos las obras, pero muchas veces no se entiende. El arte es muy elitista, sólo quienes pertenecen a la elite de una comunidad puede entenderlo. Por eso trato de hacer mi arte de manera que la gente ‘normal’ pueda admirar y tal vez entender. Por eso presento el video Buscando a M como en un cine, para que la gente venga, se siente y lo vea, a lo mejor por uno o cinco minutos, y después regrese y vaya disfrutándolo.”

Otros temas de los que se ocupa en su trabajo artístico son los derechos humanos, la situación de las mujeres y el papel del hombre, del cual poco se habla, pues se da por sentado que debe ser el macho, el protector. “Casi no reflexionamos sobre el hombre, sus problemas, y creo que muchos de los que tenemos se deben a la falta de esa reflexión.”

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