A medida que las economías se desaceleran, su atractivo para los migrantes también. Irlanda y España son en especial vulnerables a un descenso doloroso: en ambos países el empleo en la construcción y el sector representaba 13% de todos los empleos del sector privado a finales del año pasado. Como en EU, estos sectores han sufrido una depresión y emplean a gran número de migrantes. En España, de enero a mayo, alrededor de 100 mil migrantes fueron despedidos: los migrantes representaron la mitad de quienes se agregaron al registro del desempleo español durante ese tiempo. Aunque el país no haya vivido ninguna xenofobia estilo italiano, el gobierno trata de convencer a cerca de 20 mil migrantes de regresar a casa durante al menos tres años, ofreciéndoles adelantos de prestaciones por desempleo. Los españoles buscan también la manera de restringir el número de parientes de migrantes que llegan al país.
Más allá de la zona del euro hay también preocupaciones monetarias. En Gran Bretaña la economía se desacelera, y la repentina caída de la libra ha reducido el atractivo del país para los trabajadores extranjeros. Cada libra que un polaco envió a casa en mayo de 2004 le representó siete zlotys polacos; hoy serían poco más de cuatro. De manera similar, a medida que el valor del dólar desciende, la atracción de trasladarse a EU para trabajar ha disminuido.
Algunos se preocupan de una nueva oleada de migrantes, una vez que Rumania y Bulgaria se conviertan en socios de pleno derecho, con libertad de acceso en toda la UE. Pero de hecho, miles de personas de esos países ya han trabajado en el extranjero. Demetrios Papademetriou, director del Instituto de Política Migratoria (por sus siglas en inglés), en Washington, y observador cercano del movimiento poblacional en Europa, concluye: “la mayor parte de lo que podría pasar ya ha pasado. No veremos otros grandes movimientos. El impacto de la migración ha terminado”.
No se trata sólo de migrantes indocumentados o poco capacitados. Por ejemplo, para los de estudios avanzados, el atractivo de trabajar en Gran Bretaña puede disminuir ante la fuga de extranjeros que impulsan la emigración. En 2006, 35% de los graduados de la UE provenientes de universidades británicas hallaron empleo en el extranjero; sólo 25% se quedaron en Gran Bretaña a trabajar. El año pasado, tres cuartas partes de todos los doctores que cancelaron su registro en Gran Bretaña eran nacidos en el extranjero.
Y la oferta, también
La oferta global de migrantes no es escasa. Aunque la mano de obra de los países ricos no esté hoy en su mayor registro (en Europa declinará en un futuro previsible), la mano de obra mundial sigue creciendo muy rápido; la reserva actual de 200 millones de migrantes puede llegar con facilidad a 300 millones en unas décadas. Pero los grandes flujos migratorios se dan, sobre todo, entre países cercanos.
Para EU hay pocas perspectivas de que la oferta de trabajadores al sur de la frontera se agote; América Latina sigue siendo relativamente pobre y joven. En contraste, para Europa occidental la oferta de personas del este con estudios avanzados podría declinar a medida que los vecinos inmediatos se convierten en países de ingresos medios y de población relativamente vieja que tienen que importar trabajadores, no exportarlos.
Durante 2004, y de ahí en delante, las tasas de emigración hacia Occidente de los nuevos miembros de la UE han excedido por mucho las expectativas de la mayoría de expertos y funcionarios. Pero podrían no continuar, e incluso revertirse. Las economías de Europa oriental se han acelerado durante los años recientes, su fuerza laboral se contrae con rapidez (en parte por la migración, en parte debido a poblaciones envejecidas) y el desempleo se redujo a la mitad la década pasada. Todo esto hace más tentador quedarse en casa o volver a ella.
Es posible que el declive migratorio afecte a los más pobres del mundo. A principios de junio, un informe del Banco Mundial reportó que durante 2007 fluyó un billón de dólares a países pobres, pero predijo que, a consecuencia de la desaceleración económica en los países ricos, la cifra podría reducirse a alrededor de 800 mil mdd en 2009.
Parte de la reducción se explica por la disminución de las remesas. Para algunos países, en especial de Asia del sur, donde tales fondos representan gran parte de la renta nacional (16% del PIB en Nepal en 2007, 9% en Bangladesh), la caída será en verdad dolorosa cuando se combine con combustibles y productos alimenticios más caros. Más personas caerán de nuevo en la pobreza.
Fuente Economist Intelligence Unit -Traducción de texto: Jorge Anaya
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