El gobernador de Sonora advirtió que cada hora, en promedio, es repatriado un menor, a través de los puntos de revisión asentados en aquella entidad, por lo que pidió a la Secretaría de Gobernación (SG) y a las entidades tradicionalmente expulsoras de migrantes, que canalicen recursos para atender a esos niños y adolescentes.
Sonora ha desplazado a otras entidades fronterizas en el paso de indocumentados, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Migración, aun cuando se advierte que el cruce por esta zona desértica es más peligroso. En un lapso de 14 meses fueron deportados 2 mil 208 menores, la mayoría centroamericanos (que cruzaron la frontera acompañados por algún adulto), pero 3 mil 994 lo hicieron solos y fueron asegurados por las autoridades mexicanas.
En tanto, autoridades estadunidenses enviaron a los menores hacia territorio sonorense aun cuando sólo el uno por ciento de éstos resultó ser residente de esa entidad.
"Es un fenómeno que perdura y que nos preocupa enormemente. Esos niños van en busca de sus padres o familiares, generalmente inmigrantes irregulares en EU, y se encuentran en una situación muy difícil, atrapados en los países de tránsito", dijo a Efe Jean Philippe Chauzy, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La mayoría de ellos viajan ilegalmente para reunirse con sus padres en EU, quienes pagan entre $4 mil y $5 mil a traficantes o "coyotes" para que les ayuden, pero muchos de ellos marchan solos para encontrarse con sus familiares o simplemente huyen de la pobreza y la violencia.
"La mayoría de estos niños que viajan solos lo hacen sin documentos, sin dinero, sin referencias, y caen muchas veces en situaciones de explotación, sea trabajo forzado o explotación sexual", señaló Chauzy.
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