8.17.2009

Cada vez más frecuente, que las mujeres emigren para huir de los roles tradicionales


En muchos países las prefieren por ser menos conflictivas que los hombres y más dóciles
Mariana Norandi


Desde finales del siglo XIX, cuando los mexicanos comenzaron a emigrar hacia Estados Unidos, eran muchas las mujeres que también se convertían en migrantes al decidir acompañar a sus maridos en aquella experiencia, con la finalidad de evitar un proceso de desintegración familiar.

Desde entonces, la migración femenina ha ido en ascenso; sin embargo, en los años recientes ha surgido un nuevo fenómeno: cada vez son más las mujeres cabezas de familia que, por iniciativa propia, deciden emigrar. Los motivos son muchos, los peligros son más graves que para los varones; no obstante, solas, deciden atravesar el desierto y pasar al otro lado de la frontera en busca de una mejor situación económica y de conquistar sus sueños de emancipación.

Es el caso de Teresa Martínez, que a los 36 años dejó a sus cinco hijos en San Bartolomé Atlatlauca, estado de México, y decidió "ir a ver cómo era aquello".

Según explicó, con su puesto de quesadillas en la ciudad de México no le iba mal, pero aprovechó que en Columbus, Ohio, tenía unos sobrinos para intentar tener una mejor vida. Después de permanecer un mes en la frontera, llegó a Estados Unidos por Nogales, Sonora. Allá permaneció más de dos años.

“Para una mujer es más peligroso pasar la frontera con Estados Unidos. Cuando lo estaba intentando, algunos hombres me decían que fuera con ellos porque me estaba esperando mi esposo del otro lado, cuando no era cierto, yo estaba sola. Eso lo hacen para secuestrarte y luego pedir dinero a tu familia.

“Hay mujeres que van en grupos de cuatro o cinco porque, aunque yo corrí con mucha suerte, hay abusos por parte de cholos en la frontera, que roban a las mujeres y, si alguna le gusta, la violan.”

Según datos oficiales, entre 20 y 30 por ciento de los migrantes mexicanos son mujeres; sin embargo, hay autores que aseguran que la cifra es mayor, e incluso, uno de los estudios más recientes, realizado por el Grupo de Trabajo en Materia Migratoria del Partido de la Revolución Institucional, demuestra que durante 2008 50.5 por ciento de los migrantes fueron mujeres.

Como el propio proceso, la migración femenina es muy compleja de analizar por la heterogeneidad de su naturaleza. Sin embargo, comienzan a surgir ciertas características comunes, como que las mujeres retornan menos que los hombres, realizan trabajos más estables, tienen mayor nivel de escolaridad, estaban insertas en el mercado laboral antes de emigrar, muchas son jefas de familia y sus motivaciones no son sólo de carácter económico, sino también buscan realizar un proyecto de vida independiente.

Francisco García Olsina, especialista en migración internacional y profesor de esa asignatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que la mujer que emigra se empodera y se independiza más que si se hubiera quedado en México.

"La decisión de emigrar y la realización de ese proyecto migratorio le confiere una seguridad en sí misma que no podía tener en su país de origen, donde estaba atada a cierto comportamiento social que no le permitía liberarse del todo".

El experto agrega que, además, la decisión de las mujeres de emigrar implica cambios en las dinámicas sociales y familiares de su lugar de origen mucho más acentuadas que cuando esa decisión la toman los varones. En el caso de las que tienen hijos, debido a la peligrosidad del proceso, éstos quedan al cuidado de abuelos o familiares cercanos, y eso repercute en sus vidas cotidianas.

"Los abuelos se vuelven a convertir en padres. Cambia la estructura y las dinámicas familiares y, por lo tanto, sociales. Los niños tienen que enfrentar su vida sin madres y muchas veces sin padres. Pero el que una mujer emigre entraña cambios sociales importantes en lugar de origen como en el lugar de destino."

El mayor volumen de migración femenina procede de los mismos estados del país que tradicionalmente producen migrantes hombres: Jalisco, Michoacán, estado de México y Guanajuato. El nivel de edad principalmente comprende entre los 25 y 35 años.

Los trabajos que generalmente hacen las migrantes en el país de destino son en el sector servicios (restaurantes, cadenas alimentarias u hotelería) o doméstico (limpieza o cuidado de niños o adultos mayores). Aunque no hay que descartar que cada vez más mujeres realizan trabajos en la agricultura, en fábricas y en la industria del sexo.

"La preponderancia del sector servicios en las economías de los países receptores de migrantes es uno de los motivos de la feminización de la migración. Además, el sector servicios ha sido uno de los más afectados por todo el proceso de desregulación laboral. Son sectores precarios, con trabajos inseguros y bajos sueldos", explicó Sandra Gil Araujo, especialista en políticas migratorias e investigadora del Departamento de Antropología Social de la Universidad de Granada, España.

Asimismo, agregó que otro de los motivos por los cuales en muchos países la mano de obra masculina ha sido remplazada por la femenina es porque, desde el punto de vista empresarial, "las mujeres son más dóciles, menos conflictivas y tienen más responsabilidad familiar. Este vínculo con la familia y los hijos hace que muchas veces soporten situaciones de más discriminación y desigualdad con tal de garantizar el envío de remesas".

Sin embargo, el motivo que cada vez comienza a pesar más en la decisión de las mujeres para emigrar es liberarse de los roles tradicionalmente femeninos, e incorporar otros más equitativos a sus vidas. Ello ha sido estudiado por Saúl Gutiérrez Lozano, especialista en sociología de género e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

"Empezamos cada vez a encontrar más en las mujeres migrantes una reflexión en términos de soporte de identidad como mujeres. Es algo que se añade a lo económico y que tiene que ver con su proyección de futuro y sus insatisfacciones como mujeres en su lugar de origen."

8.14.2009

La hija que Cirila perdió por no saber inglés

El País.
Hace ocho meses que la mexicana Cirila Baltazar Cruz, de 34 años, llegó a un hospital de Pascagoula, Misisipí (EE UU) para dar a luz a su tercer hijo: una niña a la que llamó Rubí. Y hace ocho meses que no la ve. Se la quitaron a los dos días de nacida. Cirila, de origen indígena, fue acusada de negligencia infantil y una orden judicial le retiró la custodia de su hija. Un tribunal estatal refrendó la decisión en mayo. Cirila nunca supo de qué se le acusaba. No habla inglés y no domina el castellano. La niña ha sido puesta en adopción.

Los problemas comenzaron en el hospital. Cirila habla chatino. Una lengua que comparten unas 50.000 personas y que es originaria de Cienequilla, en el Estado de Oaxaca, al sureste de México. Habla castellano, pero se nota incómoda. Con palabras inseguras, sólo encuentra una razón posible por la que se llevaron a Rubí: "Debieron de haber pensado que yo no era una buena madre". La mujer trabajaba como camarera en un restaurante de comida china en Biloxi, a 40 kilómetros de Pascagoula. Cirila había acudido al hospital acompañada por un familiar, que se ofreció como intérprete pero que fue rechazado por la administración del centro. Le fue asignada entonces una intérprete de español e inglés, que fue la que denunció a Cirila.

En un documento presentado en el tribunal, la intérprete afirma que planeaba "dar a su hija en adopción y volver a México" y que al no hablar inglés "ponía en riesgo" al bebé. Cirila lo niega categóricamente. "Yo nunca pensé abandonar a mi hija. Yo soy la madre de la niña y ella tiene que regresar conmigo", explica.

Cirila y sus familiares acudieron a la Asociación por los Derechos de los Inmigrantes en Misisipi (Mississippi Immigrant Rights Association, en inglés). Su coordinadora, Vicky Cintra, explica que el caso es un "brutal atropello" que refleja "la discriminación y desamparo" al que se enfrentan los inmigrantes ilegales en EE UU y, concretamente, los de origen indígena. "Este es un caso que refleja las barreras que el idioma impone a muchos inmigrantes", añade. Sobre la dificultad de hallar a una persona que hablara chatino, Cintra relata que contactó en "unos minutos" con una intérprete de chatino y español, la cineasta y activista Yolanda Cruz. Los fiscales han acusado a Cirila de negligencia, de "poner a su hija en riesgo" por no hablar inglés en el momento en que pidió la ayuda de unos policías cuando se dirigía al hospital y de no tener los medios suficientes para hacerse cargo de su hija. Además de Rubí, Cirila tiene dos hijos más que viven con su abuela en Oaxaca. Es responsable del sustento de los tres.

El caso de Cirila es inusual, pero difícilmente es aislado. Varias organizaciones han denunciado que cada vez son más los inmigrantes ilegales que pierden la custodia de sus hijos en batallas legales similares. Un artículo del diario The New York Times publicado en abril pasado relata que la guatemalteca Encarnación Bail Romero perdió la custodia de su hijo Carlos, de 2 años. Fue adoptado por una pareja de Missouri (EE UU) y cuenta que existen, al menos, dos casos más en otros Estados del país. El abogado especializado en inmigración Christopher Huck explica que "en estos casos no hay realmente un ganador".

La decisión de la juez Sharon Sigalas se basa, según el dictamen, en que la madre "no habla inglés", "carece de medios económicos" y "es una inmigrante ilegal". El tribunal ha concedido la custodia, en primera instancia, a una pareja estadounidense. El Gobierno mexicano anunció ayer en un comunicado que Cirila ha sido víctima de "discriminación y violación a los derechos humanos" y anunció que usará "todos los recursos legales a su alcance". La secretaría de Relaciones Exteriores mexicanas añadió que investigan otros tres casos de niños mexicanos que han sido arrebatados de sus padres migrantes en circunstancias similares.

8.09.2009

Nómada en el Museo de Arte Contemporáneo

pues bien, esta es la crónica/tour de la última experiencia pública, la inauguración de Nómada, las mujeres se mueven en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, donde oficialmente termina el periplo de este proyecto que comenzó hace casi un año y que me llevó de Gijón a Noruega y otros lares. Esta vez, con una beca del Sistema Estatal de Creadores que lo permitió, presento el trabajo con estas mujeres de la comunidad indígena de Cucuchucho, en la rivera del lago de Pátzcuaro. Trabajo que duró dos meses y en el que trabajamos el tema de la migración de sus hombres, su vida con esa ausencia y cómo se transforma con su presencia, ya que cuando vuelven las cosas, en ellas, ya no son igual.
son Guadalupe, Florinda, Josefina, Herminia y Lucía, quienes de repente se vieron envueltas en un mundo totalmente desconocido de glamur (provinciano, pero glamur), en el que sus propias presencias -físicas y representadas- eran el centro de la atención de la gente, una multitud de buen tamaño!
Tuvimos además la presencia de las instancias que apoyaron la expo y estuvo la nueva Secretaria del Migrante, Zaira Mandujano (detrás de Lucía que corta el listón) y representantes de la secretaría de la Mujer y, claro, de Cultura, así como del Ayuntamiento .
esta es la cuarta vez que expongo en el MACAZ y segunda cubriendo todo el segundo piso (la primera fue con Ciudad profunda). Subir de nuevo esas escaleras rechinantes para encontrar mi obra expuesta por última vez en este espacio (también oficialmente) es una sensación interesante. Lo primero que vemos, pues, es el video Todas y las Mariposas, que contiene las fotos tomadas por las 4 autoras iniciales del proyecto.
está después, en sala aparte, mi video de Nómada, con audio nuevo (voz de Luisa Zamudio grabada en el estudio de radio del Sistema), jugando sobre un tendedero de sábanas que se mueven con el viento (inducido).
Nosotras nos quedamos es un video documental en que entrevisto a las cinco sobre su experiencia cotidiana con la ausencia/presencia como eje
dentro del espacio llamado Ultramarinas, se encuentran las proyecciones de los videos de Cristina y de Teresa, junto con un collage que el museo hizo sobre el tour europeo de Nómada


y en la sala principal, el espacio para las que se quedan pero se mueven, con sus retratos intervenidos con cartas, fotos en el camino y sus Velices de identidad, que fue su aportación directa al proyecto. Estas piezas rompen en si una frontera conceptual, la que divide el arte de la artesanía. Forman parte de un corpus que las coloca en el territorio del arte contemporáneo, lo que les proporciona, a ellas, las autoras, una realidad nueva de la que son protagonistas. Es así como estas mujeres caminan y en su caminar dejan una impronta única que las acerca cada vez más a su esencia, a la vez que enriquecen con su aportación al quehacer artístico contemporáneo, que clama por sangre fresca, sentido profundo, diversidad de visiones y traducciones de la vida.


una vista

cada una de ellas hizo una pieza única, personal, con objetos que representan su identidad (que es la que es: mujer indígena artesana). Este es el de Florinda.
Y cada una posó al día siguiente, muy serias, junto a su obra. La misma Florinda:
Josefina
Guadalupe, quien por cierto es la que posó para la foto del cartel e invitación
Lucía
En la misma sala está Una Sola tierra (la que camino), con mi colección de botellas en las que he guardado, desde el 2002, un puño de tierra de muchos lugares que he pisado y han significado algo en mi travesía.

por último, una humilde (en todas sus acepciones) instalación: Viajeras.
Papas. Patatas. Potatoes. Esa solanácea que salió de los Andes Peruanos, que es veneno y alimento, que ha mantenido a pueblos enteros y cuya escasez ha causado muerte y migración (el caso específico de Irlanda).
los flujos migratorios, mareas imparables. Aventura, miseria, sobrevivencia. Desarraigo.
al parecer, la Secretaría del Migrante quiere itinerar Nómada ahora por Estados Unidos....imparable.

8.05.2009

Nómada en Morelia


Por fin ha llegado la hora de presentar Nómada, las mujeres se mueven, en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, en su versión extendida, con el trabajo y la participación de 5 mujeres de Cucuchucho que sufren la migración temporal de sus hombres.
Además de los videos que ya conocen, realicé un video documental en que ellas (Lucía, Florinda, Guadalupe, Josefina y Herminia) hablan de sus experiencias y las diferencias marcadas por la ausencia y la presencia de sus maridos en su cotidianeidad. Ellas también realizaron unos Velices de Identidad con su material artesanal, la chuzpata.
Durante dos meses tallereamos el tema de la migración y de la identidad de ellas como mujeres, lo que permitió que abordaran libremente el tema frente a la cámara.El viernes 7 a las 8 de la noche es la inauguración. Habrá una sala, llamada para la ocasión Ultramarinas, donde se exhibirán los videos de Tere Puig y Cristina Fernández, además de un collage informativo del tour de Nómada en Europa y una instalación. Habrá además fotografía y dos videos más.