11.07.2008

Obama y el tema migratorio


Gilberto Vivanco González/ Cambio de Michoacán

No queremos ser aguafiestas, pero en virtud de las amplias expectativas en el tema migratorio de la comunidad latina en general, de la mexicana en particular, ante la victoria de Barack Obama por la Presidencia de Estados Unidos de Norteamérica, decimos que son interesantes y necesarias, sin embargo, muy pocos pueden asegurar que tengan feliz conclusión.
Tres razones, como mínimo, son determinantes para sustentar lo planteado en el párrafo anterior:
a) El poder económico, dominado por grupos que se han contrariado cada vez que se proponen reformas bondadosas a favor de los migrantes, estos bloques tienen en el Congreso gente incondicional. Señalamos esto a pesar del triunfo demócrata en la mayoría de los escaños en su próxima Legislatura.
b) El poder político, no obstante la fuerza del carismático líder y la contundencia de su logro, sabe muy bien que existirá un contrapeso en la aplicación de posturas extremas, dado que los republicanos (tradicionalmente de mano dura) estarán muy al pendiente de las acciones presidenciales que puedan señalar como riesgosas, mismas que pueden etiquetar como violatorias a la Ley de Trabajo o la seguridad de su país.
3) El ex senador por Illinois nunca consideró en su propuesta de gobierno el tema inmigrante como una de sus prioridades. Cuando tuvo mayor acercamiento, incluso reconociendo el trabajo de quienes se internan a laborar a su patria, fue motivado por la urgencia de tener a su favor el voto latino que finalmente le dio un poco más de diez millones de votos, incluidos los mexicanos que en un 68 por ciento sufragaron en favor de Barack; en conclusión, requería de su apoyo junto con aquellos de raza negra para lograr su propósito.
Existen evidencias que el hoy presidente electo tuvo aceptación con las minorías en forma inmediata, aún sin conocer su plataforma política y sin saber qué podría ofertarles porque había elementos de identificación y pertenencia que los movía a ello. En plena campaña se escribió sobre su condición racial lo siguiente:
“Algunos afroamericanos se han preguntado si Obama es lo suficientemente negro y algunos han contestado que no. A lo que Obama responde que cuando trata de conseguir un taxi en la calle, al taxista no le importa si su madre fue blanca, ya que lo trata como a cualquier otro afroamericano”.
Los seguidores de Obama dicen que es precisamente su origen lo que lo hace tan atractivo para la mayoría de los norteamericanos (especialmente para las mujeres) y lo que debería hacerlo irresistible para las minorías.
Su origen mestizo o bi-racial y su contacto con otras culturas y sociedades deberían hacerlo más consciente de los retos que enfrentan las minorías, en este caso, los latinos en los Estados Unidos”.
Esas bondades (en este caso, porque en otros puede ser una tremenda desventaja) le dieron un plus a su campaña; si a ello agregamos la juventud (comparado con su opositor) y la frescura de sus disertaciones, planteando al país otras prioridades como el equilibrio económico, la propuesta sobre salud pública, el evitar andar de buscapleitos y mejor acercamiento a los países de la zona, le dieron un arrastre impactante en determinantes sectores de la sociedad americana.

¿Y los migrantes… Oba?

Insistimos, no existe un plan rector para el tema migratorio. Felipe Caderón señaló que en su primera oportunidad tocará el asunto, pero nada ni nadie asegura que vaya a tener respuesta inmediata. Todos se dieron cuenta que el líder negro, cuya popularidad es comparada con la de John F; Kennedy, en sus locuciones y compromisos dejó de lado el asunto que tanto nos preocupa como mexicanos. Los medios de comunicación criticaron su intencional omisión:
“Aceptó la candidatura a la Presidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata anoche en Denver, Colorado y en su discurso habló de la mayoría de los temas que preocupan a los votantes estadounidense: la economía, los planes de salud, la guerra de Iraq. Sin embargo, a muchos nos extrañó que el senador Obama no habló de la reforma inmigratoria y sólo se limitó a comentar que es injusto separar a familias con problemas inmigratorios. Sin duda fue sorprendente que alguien como el senador Obama no fuera específico en su política inmigratoria cuando los hispanos son una fuerza muy grande en el Partido Demócrata”.
Una cibernauta, de nombre Gloria, hizo un apunte al respecto en la red, tan lacónico como contundente; lo escribimos tal y como lo redactó, con todo y faltas de ortografía, lo que nos da una idea de la deficiente preparación que existe, no sólo en ella, sino en miles y miles de compatriotas:
“No estube muy deacuerdo con el discurso pues obama tube que tomar muy encuenta el tema de migracion pues todos estamos en espera de legalisacion para familiares que ya se encuentran en este pais y al parecer eso es algo muy poco importamte para el,mas sin embargo creo que cuando el yegue ala presidencia ba hacer lo que todos hacen por los imigrantes “nada”.
Ante el desánimo de muchos, y la algarabía de otros tantos, no hay más que cruzar los dedos y rogar al cielo para que se le mueva el corazón y tome muy en serio la necesidad de otorgar apoyo y tranquilidad a quienes entregan gran parte de su vida a favor de la economía del Tío Sam, pero que también, es justo señalarlo, permite que México no se haya ido a otra revolución armada, porque si no fuera por las famosas remesas el agua no la tuviéramos hasta el cuello…¡Ya nos hubiéramos ahogado!
En asuntos generales, en relación al área latinoamericana, el añejo bloqueo a Cuba y el fortalecimiento de las relaciones políticas y comerciales, con todos los países, incluidos Perú y Venezuela, serán otros factores de atención, donde tendrá que verse el verdadero rostro de un presidente, que sin dejar de lado sus propios intereses, sea amigable y conciliador, tal y como se manejó en el discurso.
Para concluir diremos que no todo es miel sobre hojuelas; si Obama no tomó con seriedad y responsabilidad el tema de emigración, habrá que impulsar por todos los medios posibles una estrategia que permita llegar, con el nuevo gobierno del norte, a una reforma digna, benevolente y sobre todo… humana.
Deseamos que la frase que emitiera Barack ante 80 mil asistentes, la noche de cierre de la convención demócrata 2008, en relación a los inmigrantes, no sea simple retórica y falsa expectativa: “No sé a quién se beneficia cuando se separa a un padre de su hijo”. Obama tiene el poder y el apoyo inusitados de la gran mayoría de las naciones del orbe, ahora falta que cristalice la esperanza de lograr (con su valioso liderazgo) como él planteó: No sólo un Estados Unidos mejor… sino un mundo mejor. Pero recordemos que “obras son amores y no buenas razones… ni buenos colores”.

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