“Fíjate que nosotras también queremos comprender eso. Y muchas veces creo que el racismo se da porque nosotras mismas nos hemos autodiscriminado. Nos dicen: ‘Tú eres peruca’ o ‘Tú eres bolita’ y nosotras mismas lo interiorizamos. Pero si yo soy peruana o boliviana y no peruca o bolita, no tengo que darles bola a esos insultos racistas, pero finalmente sí lo hacemos.”
Una de las posibilidades más lejanas para una migrante –con o sin papeles– es la de aspirar a obtener un pronunciamiento de la justicia que, con la excusa de portar otra nacionalidad, se vuelve esquiva, ajena. Fue por eso que el pasado 8 de marzo Amumra se decidió por la acción directa e instaló un tribunal de mujeres migrantes. El único espacio que les dio lugar fue la calle. “Las migrantes en Argentina hicimos durante años muchas denuncias y al ver que no teníamos respuesta, al constatar que no nos tomaban en cuenta, nos dijimos ‘vámonos a Plaza de Mayo, donde las madres argentinas empezaron a reclamar por sus derechos’. Convocamos un jurado internacional y todos colaboraron de buena onda porque a nadie se le dio un centavo”, explica Obeso.
La mayoría de los casos denunciaban violencia laboral, violencia familiar y abuso policial. Quienes lo sufrieron en carne propia inundaron la plaza con su testimonio, como un aluvión de voces. “En marzo del año que viene vamos a repetirlo: ahora queremos obtener los casos que se han presentado efectivamente en la Justicia pero que no se han resuelto o están paralizados. Entonces, además del efecto simbólico, la idea es que esta nueva sesión del tribunal pueda encarar acciones cada vez más concretas.”
continuará
6.12.2008
Justicia callejera ¿Cómo es el racismo en Argentina?
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