6.26.2008

Directiva de retorno: alambradas de papel


JORGE GÓMEZ BARATA
parte 1

Con la aprobación del “Acta de Retorno”, en materia de derecho de los emigrantes, la Unión Europea se coloca a la derecha de Bush y retrocede a edades que se creían superadas. Las normas europeas para importar y exportar ganado son más compasivas y cultas que la legislación aprobada.

Las relativamente liberales normas migratorias europeas, dictadas en la posguerra por legisladores que vivieron la experiencia de la ocupación nazi, fueron testigos del holocausto y estuvieron obligados a convivir con la repugnante ideología fascista basada en el racismo y la xenofobia, acaban de ser sepultadas con la aprobación del “Acta de Retorno.”

Tal vez los europeos de a pie no han reparado que la justicia se hace de precedentes y aquello que ahora se aplica a los pueblos oscuros, considerados humanos de segunda, un día esos mismos políticos de derecha pudieran aplicárselos a ellos. Hitler no reparó en que los judíos no fueran del Kurdistan ni de Marruecos, sino de Viena, Munich o Amsterdam y nunca le importó que los eslavos y los gitanos fueran europeos, ni que los jovencitos con “Síndrome Down” fueran alemanes, austriacos o belgas.

Quien crea que el racismo y la intolerancia son cosas del pasado o que los gobiernos democráticos de la Europa de posguerra están a salvo de caer en la tentación de la represión, debían preguntarle a los norteamericanos que ahora pueden ser espiados y controlados, encuerados en los aeropuerto y olfateados por perros al abordar aviones y cruceros y cuyos representantes y Senadores discuten acerca de la cantidad de dolor físico que puede ser causado a los detenidos en Guantánamo.

No obstante, la extemporánea versión europea de la “Doctrina Monroe ”, según la cual Europa es para los europeos, es asunto de ellos. El nuestro, el de los latinoamericanos, asiáticos y africanos es otro. Exactamente la indefensión, la impotencia y la incapacidad para reaccionar ante la arbitrariedad y la humillación. Quinientos años después, el tercer mundo no cuenta con ninguna institución capaz de coordinar una respuesta, no posee los instrumentos jurídicos ni la voluntad política necesarias para confrontar la arrogancia de la derecha parlamentaria europea. No es talento lo que falta…

En virtud de la nueva legislación aprobada por el Parlamento de la Unión Europea, única institución electa a esa escala, esos países tendrán una “política común” para tratar (maltratar podría decirse) a los emigrantes. La mala noticia es que en lugar de adoptar como regla las legislaciones más liberales y justas, se optó por las más rígidas, restrictivas y duras a las que se añadieron prácticas crueles y degradantes.

Una vez aplicada esta legislación, cualquier persona llegada en cualquier época y de cualquier manera a cualquiera de los 27 países de la Unión Europea , que sea sorprendida sin documentos, podrá ser detenida durante 18 meses hasta ser deportada; la medida comprende a las familias, incluso a los niños. En el colmo del cinismo se ha dicho que se trata de un avance porque actualmente hay países donde la retención no tiene límites.

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